Zantzu onerako leihoak

Exposición individual en el CEART, Cento de Arte Tomás y Valiente de Fuenlabrada, Madrid. Del 16 de mayo al 4 de junio de 2019

⇒ CATÁLOGO

«(…) El espacio que nos protege y abraza puede llegar a ser también el que nos aprisiona. Nos impone límites, que más que físicos, también pueden llegar a ser mentales. De ahí surge, tal vez, la necesidad de atravesar las paredes invisibles mediante la luz, de superar ese ámbito, para, de alguna forma, convertirlo en espacio ilimitado (…).

(…) Las ventanas, además de filtrar la frontera entre el exterior y el interior, producen cambios mediante el efecto de la luz. De hecho, en las habitaciones cerradas el tiempo ni avanza ni retrocede: se mantiene la intensidad de la luz, el momento del día, el estado de los sentimientos. En cambio, la luz que nos invade atravesando los vidrios nos obliga a transcurrir (….).» Haizea Barcenilla.

La imposibilidad de ver la vida humana a través de mis ventanas me ha llevado a crear un imaginario. Ventana como metáfora de liberación y curiosidad. Ventanas como reclamos que invitan a abandonar la casa y salir a la calle, donde se desarrolla otro tipo de vida y aprendizaje también estimulante.

Por lo tanto, en este trabajo, establezco una relación entre los ámbitos interiores y exteriores, ya que la separación es inevitable, y es que el paisaje se desborda de las ventanas para invadir el espacio. Interior o exterior, no se sabe, esto queda abierto al imaginar. Las ventanas abandonan sus soportes, los muros, lo opaco y dejan la vida al descubierto. Sin barreras. Libre.